Summary: | Más que una contratapa, esto es un corrido de nuevas preguntas, porque tal como cuestionan los autores ¿Cuándo se termina un libro? ¿Cuándo se cierra? ¿Cuándo sigue resonando en nuevas ideas y entonces comienza un nuevo libreto? M… M… Un libro no se acaba nunca… Un libro sólo NO existe cuando no halla su lector. Por eso, voy a tratar de llamar a los lectores, chasquear los dedos y las ideas para tentarlos. En este libro hay chicos que crecieron en nuestras plazas, en nuestras aulas buscando verdades, buscando a su gente, hallando la memoria oculta tras paredones de mentiras e impunidades. En este libro hay jóvenes atravesados de docencia, mostrando estrategias vitales para educar a las nuevas generaciones en el respeto por los valores más nobles de la dignidad humana. En este libro hay palabras ansiosas de un país del nunca más, pero del nunca más en serio. Hay demostraciones de prácticas educativas concretas y memoriosas que pueden ser llevadas a muchas situaciones y espacios donde otros más se pongan a reflexionar y actuar, porque como lo dijo Paulo Freire, nos educamos entre todos, cara a cara, intercambiando nuestros universos y saberes, atravesados por nuestra realidad y contexto, amorosamente, pues “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor.” Algunos de los autores de este libro han sido alumnos míos en la escuela primaria, otros, sobrinos postizos, H.I.J.O.S. de amigos que están clavados en mi corazón para siempre, compañeros de camino en la búsqueda de verdad y justicia, gente valiente y sesuda que ofrece generosamente al lector otra voz. Otra mirada. Una vuelta de rosca. Un hacer posible. Un nunca más concreto, no de utilería. Pero no porque sean autores entrañables a mis emociones es que salgo a buscar lectores. Sino porque este libro, bellamente diseñado e ilustrado, llega en el momento necesario, con las palabras justas. Ahora, cuando algo nuevo resuena luego de tantos años de lucha. Cuando parece que el veneno de la víbora se autoinoculó. Cuando los espejitos de cristal del mundo a la tierra prometida del consumo se opacan como sucios puñales. Ahora. Cuando el argumento del mundo para un sólo puñado de intolerantes, con el que creyeron que podían justificar violar impunemente nuestros derechos muestra sus grietas, como filosas estalactitas. Por esas grietas lucharon nuestros mártires. Por los intersticios de este libro puede alumbrarse una pedagogía para un país del nunca más. Graciela Bialet.
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