“Valoración de la Ingesta Alimentaria y la práctica de Actividad Física y su relación con el IMC en personas adultas de ambos sexos con VIH bajo tratamiento antirretroviral”

Introducción: Una nutrición adecuada y la práctica regular de actividad física no previenen ni curan el VIH/SIDA, sin embargo son pilares importantes para retrasar el desarrollo de la enfermedad. Objetivo: Analizar la ingesta alimentaria, la práctica de actividad física y el IMC en personas adultas...

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Bibliographic Details
Main Authors: Balbo, Jesica Alejandra, Del Vo, María Fernanda
Other Authors: Oberto, María Georgina
Format: bachelorThesis
Language:spa
Published: 2019
Subjects:
Online Access:http://hdl.handle.net/11086/12798
Description
Summary:Introducción: Una nutrición adecuada y la práctica regular de actividad física no previenen ni curan el VIH/SIDA, sin embargo son pilares importantes para retrasar el desarrollo de la enfermedad. Objetivo: Analizar la ingesta alimentaria, la práctica de actividad física y el IMC en personas adultas de ambos sexos infectados con VIH bajo TAR, que asisten a una Clínica Privada de la ciudad de Córdoba, Argentina, 2015. Diseño Metodológico: Estudio descriptivo, correlacional, observacional y transversal. Muestra n=31 personas adultas de ambos sexos con VIH bajo TARV. Valoración Antropométrica: peso, talla e IMC. Cuestionario de frecuencia alimentaria y actividad física. Variables: Sexo, Edad, IMC, Ingesta Alimentaria y Actividad Física. Resultados: El 48% de la muestra presentó un IMC normal, la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue alta (46%). Según las recomendaciones de AMDR, la distribución porcentual promedio de la ingesta alimentaria de macronutrientes fue normal. Se presentó un consumo excesivo de hidratos de carbono y de lípidos del 10% y 13%, respectivamente. El 97% de la población realiza actividad física. El 52% no cumple con las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud de la OMS. Conclusión: Una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física regular ayudan a mantener y mejorar el estado nutricional de las personas con VIH bajo TARV. Estos pilares pueden ser utilizados como intervenciones complementarias para afrontar la enfermedad en óptimas condiciones y disminuir complicaciones adversas, mejorando así su calidad de vida.