Summary: | La célula se encuentra delimitada por una bicapa de fosfolípidos, recubierta por proteoglicanos, denominada membrana plasmática. Debido a su compleja composición, esta membrana actúa como una barrera que modula la interacción entre el espacio intracelular y el medio que lo rodea, es decir, evita un ingreso inespecífico de moléculas pequeñas, material genético, proteínas u otras sustancias. Para lograr un intercambio eficaz de materia con el medio externo, la célula cuenta con canales iónicos y proteínas transportadoras para movilizar azúcares, aminoácidos o iones a través de la bicapa lipídica. Además, la célula realiza procesos de endocitosis y exocitosis para transportar material de mayor tamaño.1 La característica anfipática de los fosfolípidos que componen la membrana plasmática restringe la difusión pasiva de moléculas hidrofílicas a través de ella. Sin embargo, la naturaleza ha desarrollado diversos mecanismos para que este tipo de moléculas puedan franquear esta barrera e ingresar al interior celular, como es el caso de las toxinas o las proteínas producidas por los virus. El estudio sistemático sobre la primera proteína capaz de atravesar directamente la membrana celular fue realizado independientemente por dos grupos de investigación en 1988.2,3 Una de las investigaciones fue llevada a cabo por Frankel y Pabo, los cuales identificaron que la proteína transactivadora (TAT, por sus siglas en inglés) del virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1) era rápidamente internalizado por las células HL3T1 desde el medio de cultivo. Simultáneamente, y de manera independiente, Green y Loewenstein demostraron que sólo la porción (37-57) del TAT (originalmente de 86 aminoácidos) era necesaria para lograr la absorción celular. Casi 15 años después de su descubrimiento, se identificó que incluso una porción más corta del TAT (49-57) lograba traslocar eficientemente.4 En cuanto a su mecanismo de internalización, se observó localización intracelular a una temperatura de 4C,5 así como en presencia de inhibidores de la endocitosis,2 lo que implicó la existencia de un proceso alternativo a este último. A principio de la década de los ’90, se reconoció una nueva secuencia peptídica con capacidad de atravesar membranas lipídicas. Este nuevo péptido fue denominado Penetratina y consta de una secuencia de 16 aminoácidos (RQIKIWFQNRRMKWKK), derivado de un homeodominio codificado por Drosophila melanogaster. De manera similar al TAT, se halló que la Penetratina también logra atravesar las membranas lipídicas sin utilizar maquinaria endocítica, llegando incluso a alojarse en el núcleo celular.6,7 Estos primeros péptidos -TAT y Penetratina- marcaron el inicio de todo un género particular de péptidos que guardan esta misma capacidad de franquear el núcleo hidrofóbico de las bicapas lipídicas sin generar una ruptura permanente, por lo que son denominados Péptidos de Penetración Celular, o CPPs por sus siglas en inglés. La característica principal de estos péptidos es que típicamente presentan una secuencia de entre 5 y 30 aminoácidos, de los cuales un alto porcentaje son catiónicos. Actualmente, la base de datos CPPsite 2.0 registra alrededor de 1700 péptidos validados experimentalmente.
|