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|a Mary Shelley escribió Frankenstein o el moderno Prometeo, novela en que el protagonista, el Dr. Víctor Frankenstein, concibe la idea de crear un ser humano gracias al poder de la ciencia. Así, este científico rivaliza con Dios, a semejanza de Prometeo, el personaje mitológico griego que le arrebata el fuego sagrado de la vida a la divinidad. Sin embargo, este moderno Prometeo no será castigado por los dioses, sino por su misma criatura sin nombre que, si resulta monstruosa, al mismo tiempo, posee una gran hondura espiritual. La novela está construida con el sistema de narraciones concéntricas, en el cual una historia contiene otra, al estilo de las cajas chinas. Además, como ya mencionamos, se emplea el recurso epistolar: la historia se inicia con las cartas que el explorador Robert Walton envía a su hermana. En una de esas cartas, se inserta la historia de Víctor Frankenstein, narrada en primera persona. Y dentro del relato de Frankenstein, aparece la historia del monstruo (que no tiene nombre), que también habla por sí mismo. De esta manera, toda la obra transcurre a través de diferentes narradores, recurso que permite una lectura comparada de los sucesos, vistos desde diferentes perspectivas, en especial, a través del creador y de su criatura. Como ya dijimos, esta novela se enmarca en la tradición gótica, pero se la considera el primer texto de ciencia ficción. Se la redescubrió en las últimas décadas del siglo XX, y se convirtió en lectura frecuente y en motivo de análisis. Varios son sus temas: el conocimiento y la libertad responsable ante él; la intromisión de la ciencia en el orden natural; el ser humano que, ante la desdicha, se enfrenta a su padre y creador; el rechazo al diferente y el prejuicio frente a la apariencia
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