El Catálogo Colectivo reúne los registros del material que posee cada una de las
bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba, pudiendo encontrarse colecciones
especializadas y actualizadas en todas las áreas del conocimiento; lo que permite una
amplia visibilidad y garantiza el acceso al patrimonio documental de la Universidad.
Se encuentra disponible para toda la comunidad académica: estudiantes, docentes,
egresados e investigadores.
Si formas parte de la comunidad de la UNC también podés solicitar préstamos de material,
a cualquier biblioteca universitaria, utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario,
independientemente de la facultad a la que pertenezcas, la carrera que curses o la cátedra
que dictes.
¿Cómo nos enfermamos? ¿Por qué nos enfermamos? ¿Para qué nos enfermamos? Estas preguntas atraviesan cada uno de los textos de este libro y para responderlas Carlos Presman apela a la ciencia, pero también a la literatura y a su propia biografía. Cuando confiesa que depositó su tesis doctoral como un...
¿Cómo nos enfermamos? ¿Por qué nos enfermamos? ¿Para qué nos enfermamos? Estas preguntas atraviesan cada uno de los textos de este libro y para responderlas Carlos Presman apela a la ciencia, pero también a la literatura y a su propia biografía. Cuando confiesa que depositó su tesis doctoral como una ofrenda sobre la tumba de su padre, nos está haciendo partícipes de un legado: la medicina es el arte de cuidar. Y como no es posible pedir una tomografía de la preocupación, un electroencefalograma de la tristeza, un análisis del desamparo, hay que recurrir al lenguaje, recuperarlo como herramienta esencial de la relación entre médicos y pacientes. Al fin y al cabo es la palabra, con su enorme potencial de causar daño o alivio, la única capaz de introducirse en la intimidad del enfermo. Presman nos recuerda que cada consulta, más que una historia clínica, es una novela personal y única; que las crisis enferman tanto como los virus y las bacterias; que un abrazo puede ser el mejor de los calmantes. Y desde el prólogo mismo advierte que la diferencia entre Dios y los médicos es que Dios no se cree médico. Ese sarcasmo inaugural tiene la virtud de marcar el territorio donde el autor imprimirá su sello. Como él mismo dice: al incluir el humor, el cuento, la ficción, invito a leer a todos aquellos predispuestos a reflexionar y emocionarse, admitiendo que, en general, todo lo aburrido resulta inútil.