Summary: | En 1984, David Kolb elaboró un modelo de estilos de aprendizaje en el que para aprender sobre un tema, se debe procesar la información que se recibe, o trabajarla de algún modo, ya sea empírico o abstracto. Para ello, es posible que el estudiante reciba información a través de una experiencia directa, abstracta, reflexionando sobre esas experiencias, o realizando experiencias de manera activa. De esa forma Kolb, además, delineó su famoso círculo de cuatro fases que explicaría cómo es un proceso de aprendizaje óptimo (Experiencia Concreta, Observación y Reflexión, Formación de Conceptos Abstractos, y Testeo en Nuevas Situaciones) en el que, los estudiantes adoptan dos de ellas generalmente. En relación a ese círculo es que existe una forma de diferenciar a los estudiantes, de acuerdo con cuál o cuáles de esas fases se identifican y prefieren trabajar. Según Kolb estos estudiantes pueden ser convergentes, divergentes, asimiladores o acomodadores dentro de cada fase. Una vez caracterizados dentro de este círculo, y a cuál de las fases corresponden, se pueden resolver con cuáles de los estilos se caracterizan según la conceptualización de Catalina Alonso (1994), de acuerdo a si son estudiantes de Estilo Reflexivo, Activo, Teórico o Pragmático. Se dispusieron una serie de auto-encuestas de evaluación del aprendizaje cuyo resultado arroja, en términos cuantitativos, si se trata de un estudiante con habilidad en las Experiencias Concretas, como Observador Reflexivo, en la Conceptualización Abstracta o en la Experimentación Activa o una combinación de cualquier par de ellas. El objeto de este trabajo es exponer los resultados de estas auto-encuestas realizadas sobre una población de 300 estudiantes, tanto voluntarios de programas de extensión universitaria como de aquellos que no lo hacen. Definir los perfiles y resolver la posible existencia de una característica compatible entre quienes tienen interés en realizar acciones concretas con la comunidad. La finalidad de este estudio es la de poder reconocer, a priori, este tipo de potenciales voluntarios en encuestas previas entre cualquier población estudiantil, con la finalidad de orientar y aumentar la eficiencia en el reclutamiento y contención de voluntarios y por otro lado, orientar las acciones tendientes a mantener una motivación alta en su trabajo.
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