El Catálogo Colectivo reúne los registros del material que posee cada una de las
bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba, pudiendo encontrarse colecciones
especializadas y actualizadas en todas las áreas del conocimiento; lo que permite una
amplia visibilidad y garantiza el acceso al patrimonio documental de la Universidad.
Se encuentra disponible para toda la comunidad académica: estudiantes, docentes,
egresados e investigadores.
Si formas parte de la comunidad de la UNC también podés solicitar préstamos de material,
a cualquier biblioteca universitaria, utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario,
independientemente de la facultad a la que pertenezcas, la carrera que curses o la cátedra
que dictes.
El grupo estudiado estuvo conformado por 51,6% de mujeres y 48,4% de varones, con una edad media de 69,15(10,89) años. Según score Framingham el 63,2 % y 91,3 % de mujeres y varones respectivamente presentaron riesgo cardiovascular elevado, al ajustar score Framingham por área total de placa carotídea estos porcentajes aumentaron al 95,9% en mujeres y 97,8% en varones, con una correlación significativa del 73% entre ambos métodos. El 84% de los participantes presentó hipertensión arterial, el 49% diabetes y el 50% hábito tabáquico, con una media de área total de placa carotídea de 124,13 mm². Con respecto al estado nutricional, el 88,4% de la población presentó exceso de peso (IMC≥ 25 kg/m²) y el 51,5 % obesidad (IMC ≥ 30 kg/m²), con valores de circunferencia de cintura, circunferencia de cuello y grasa corporal de 95,5%; 84,2% y 96,8% respectivamente, mientras que el 47,3% presentó fuerza muscular insuficiente. El 70,5% reportó un bajo nivel de actividad física y el 64% permanecía en posición sedente más de 6 h/día. La media de equivalentes metabólicos (METs) de la actividad física fue de 543 METs/semana y declararon pasar un promedio de 5,6 h/día sentados, no observándose diferencias significativas entre sexos. La ingesta energética media fue 2780(1330) kcal/día en mujeres y 3506(1576) kcal/día en varones, con una media de 3127(1490) kcal/día, de los cuales el 62% (1940 kcal/día) estuvo conformado por alimentos procesados y ultraprocesados, con una relación ácidos grasos omega6/omega3 de 11:1. Los patrones alimentarios emergentes fueron el occidental, el mediterráneo, el proteico y el alcohol y aceites. Se observaron asociaciones positivas entre el riesgo cardiovascular por score Framingham y las circunferencia de cintura (r=0,32; p= 0.0027) y circunferencia de cuello (r=0,38; p= 0.0004). Hubo una asociación inversa entre la fuerza muscular y el riesgo cardiovascular por score Framingham corregido por área total de placa carotídea (r= -0,2094; p= 0.0658), indicando que a menor fuerza, mayor es el riesgo cardiovascular y una relación inversa leve entre la grasa corporal y la fuerza muscular (r=-0,28; p= 0.0095), indicando que, a mayor porcentaje de grasa corporal, menor es la fuerza muscular. Además, se observó asociación entre la fuerza muscular y el patrón alimentario proteico (p=0.037) y entre la circunferencia de cintura y el patrón alimentario occidental (p=0.016). La conducta sedentaria tuvo un efecto promotor del riesgo cardiovascular, obteniéndose un OR de 4,23 (p=0.05). Conclusiones La población estudiada presentó elevado consumo calórico, de alimentos procesados y ultraprocesados, actividad física insuficiente, exceso de adiposidad corporal y riesgo cardiovascular elevado, sin diferencias significativas entre sexos. La actividad física y los patrones alimentarios no se asociaron significativamente al riesgo cardiovascular. Sin embargo, una adecuada fuerza muscular, mediada por el consumo de patrón alimentario proteico, representó un menor riesgo cardiovascular en la población estudiada, mientras que la obesidad central, favorecida por el consumo del patrón alimentario occidental, estuvo asociada a riesgo cardiovascular alto. Permanecer más de 6h/día en posición sedente aumentó 4 veces las chances de presentar riesgo cardiovascular elevado. El patrón alimentario proteico tuvo efecto protector del riesgo cardiovascular, mientras que el patrón alimentario occidental, la presencia de sarcopenia, obesidad central y las conductas sedentarias fueron factores promotores del riesgo cardiovascular.