| Summary: | Por ordenanza de octubre 5 de 1927 el Consejo directivo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires creó el Instituto de Literaturas Clásicas; y posteriormente, en 13 de junio de 1931, aprobó un plan de trabajo que concretaba, en forma clara y sencilla, las finalidades de dicho Instituto y el género de labores a que debería entregarse. En el artículo 2º' de la Ordenanza citada, inciso d), se disponía la publicación de unos Anales; el plan posterior definía la calidad de trabajos que allí se habría de incluir (monografías, información bibliográfica crítica) y, además, indicaba que los Anales servirían de medio de relación con los centros de estudios similares en el extranjero. Es obvio que en el plan del Instituto no sólo se ordenaba la edición de la publicación mencionada; se pedía igualmente la de una Biblioteca de Latinidad Argentina, una Biblioteca Argentina de Filología clásica y una Colección de Textos griegos y latinos de los que conocemos una útil y completa impresión del Miles Gloriosvs de Plauto al cuidado de Enrique Francois, Director ad honorem del Instituto. Esta entidad entregó al público, en 1939, el primer tomo de los Anales, en 1944 el segundo y ahora este tercero que es el que motiva estas líneas. No sería posible decir aquí sí han sido difundidos en vastos círculos intelectuales; pero la idea que tenemos de que deben serlo en todos aquellos centros en los que se da alguna importancia al conocimiento de la cultura antigua nos mueve a dar una noticia —no lo suficientemente detallada y amplia como fuera de desearse— de estos Anales que interesarán, a no dudarlo, a cuantos en nuestro país mantienen el vivo anhelo de comprender a fondo la trascendencia y el valor de los estudios humanísticos tanto como la importancia de esta clase de esfuerzos. Los Anales comprenden dentro de lo que constituye el vasto dominio de la cultura clásica un material variado que se refiere directamente a aspectos siempre actuales de la supervivencia de la lengua, las instituciones y en general la vida de las civilizaciones griega y romana: versiones, comentarios, filología, lingüística. Todos los trabajos allí publicados tienen su valor individual propio y algunos de ellos de decisiva importancia. Pero hay que destacar una cosa sobre todas y es el sentido coordinador de múltiples esfuerzos tendientes a crear un conjunto armónico de perspectivas sobre el mundo antiguo. Los Anales son, así, un poderoso estímulo para el estudioso y le prestan, en sectores a veces sin relación aparente con el todo, el inestimable auxilio de consideraciones extensas que por fuerza han de rozar las más diversas cuestiones. Constituyen, a más de esto, una empresa de incuestionable trascendencia como que acreditan que la crítica, el método, la investigación sistemática, han echado vigorosas raíces en el suelo americano y comienzan a dar frutos de verdadera estimación. No queremos terminar esta ligera reseña sin dejar de llamar la atención sobre el estudio El culto al emperador y la unidad de España en el que con el más severo criterio investigativo se ahonda en un problema de la mayor magnitud, el problema mismo de España como entidad política consciente de sí misma, y sobre el titulado Significado espiritual del VP libro de la Eneida que, además de pasar revista a todos o casi todos los testimonios de la crítica sobre tema tan complejo, fundiéndolos en una unidad, aporta en diversos pasajes claridad y precisión y fija en definitiva una interpretación, fundamentada y reflexiva, acerca de la influencia de los Misterios de Eleusis en la persona de Virgilio y en la concepción de su poema. FERNANDO ANTONIO MARTÍNEZ (Reseña extraida del Centro Virtual Cervantes).
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