El Catálogo Colectivo reúne los registros del material que posee cada una de las
bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba, pudiendo encontrarse colecciones
especializadas y actualizadas en todas las áreas del conocimiento; lo que permite una
amplia visibilidad y garantiza el acceso al patrimonio documental de la Universidad.
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egresados e investigadores.
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a cualquier biblioteca universitaria, utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario,
independientemente de la facultad a la que pertenezcas, la carrera que curses o la cátedra
que dictes.
Desde el 17 de noviembre de 1919, cuando apreció el Nº 1, su nombre intrigó a grandes y chicos. ¿Qué significaba Billiken? La respuesta no es breve, pero tampoco compleja. Según una antigua leyenda, en la India vivió un simpático dios que logró arrancarles sonrisas a dos príncipes apesadumbrados. Y...
Desde el 17 de noviembre de 1919, cuando apreció el Nº 1, su nombre intrigó a grandes y chicos. ¿Qué significaba Billiken? La respuesta no es breve, pero tampoco compleja. Según una antigua leyenda, en la India vivió un simpático dios que logró arrancarles sonrisas a dos príncipes apesadumbrados. Y viendo el dios que en el mundo había aún más tristeza, se encargó de llevar alegría a muchas otras naciones y culturas remotas. A principios del siglo XX, el fabricante norteamericano Billy Kent conoció la leyenda y creó un muñequito petiso, barrigón, eternamente sonriente y parecido a Buda, como se lo imaginaba él al dios Hindú. Y como éste no tenía nombre lo bautizo con el suyo. Después, el pequeño ídolo se puso de moda en todo el plantea y fue muy popular entre los chicos argentinos. Si tener un amuleto de Billy Kent no daba tanta suerte como se decía, por lo menos era un lindo regalito de buen augurio. Y a Constancio C. Vigil –periodista y escritor–, que en esos días buscaba afanosamente un título para una inédita revista infantil, le pareció una buena idea usar el nombre de ese muñeco que los nenes amaban. Billy Kent, dicho todo junto y sin la T, pasó a ser Billiken. Y así fue como la revista Billiken conquistó su identidad y el corazón de incontables lectores. (Texto extraído de la página web de la revista).