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|a Las gregarinas causan su más severa patología durante su desarrollo intracelular, afectando las cavidades de las células y degenerando sus núcleos. El daño a las células epiteliales altera la función digestiva en el hospedador (Pushkala & Muralirangan, 1997). Los efectos de las gregarinas en la viabilidad y desarrollo del hospedador han sido motivo de gran controversia, muchos investigadores sostienen que, si bien no son letales para su hospedador, sí son perjudiciales para los mismos (Lipa, 1967; Harry, 1970; Abro 1976). Asimismo, se ha encontrado que el parasitismo por gregarinas, tiene efectos severos sobre algunos aspectos adaptativos en odonatos, tales como la reducción de la cantidad de grasa muscular en adultos, lo que afectaría en la defensa del territorio en machos (Siva-Jothy & Plaistow, 1999), la reducción de grasa corporal en hembras, cuyo efecto se manifiesta en el detrimento de su supervivencia, la producción de huevos, las decisiones de apareamiento, y las tácticas de oviposición (Córdoba-Aguilar el al., 2003). A su vez, Córdoba-Aguilar (2002) también ha reportado que afectaría a la reducción de la pigmentación alar en machos, los cuales a su vez sobrevivieron menos y permanecieron por menos tiempo en los sitios de reproducción, defendieron menos sus territorios, tuvieron más parásitos y obtuvieron menor número de apareamientos. Coincidentemente, Beier & Craig (1985) y Zuk (1987b) indican que en general, las gregarinas que parasitan a los insectos no matan al hospedador, pero su impacto negativo se expresa según el grado de adaptabilidad del hospedador en la disminución del peso corporal, la longevidad y la fecundidad. Sin embargo. Weiser & Briggs (1971) señalan a las gregarinas como comensales inofensivos, coincidente con Klingenberg et al, (1997) que no encontraron efectos en este tipo de parasitismo en garridos cuando analizaron el crecimiento, tiempo de desarrollo y tamaño final de los mismos. Finalmente, Hecker et oí, (2002) indica que la supervivencia de Enallagma boreale se correlacionó positivamente con el número de gregarinas bajo condiciones de estrés alimenticio, es decir que a mayor número de gregarinas, los hospedadores sobrevivieron más, por lo que proponen que el parasitismo por gregarinas en esta especie podría ser beneficioso. Coincidente con Rodríguez et ai, (2007) quienes indican que individuos de Tenebrio molitor altamente parasitados sobrevivieron más que aquellos con baja infección.
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