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|a RESUMEN El Trastorno por Hiperactividad y Déficit de la Atención (ADHD) es un síndrome conductual, de origen neurobiológico, que se manifiesta en niños de edad escolar y puede, en ciertos casos, permanecer hasta la adultez. La sintomatología que lo caracteriza se basa, principalmente, en hiperactividad, impulsividad e inatención, que producen un empobrecimiento en el rendimiento escolar, funcionamiento intelectual y habilidades sociales de los niños que lo padecen. Existen grandes controversias relacionadas a su tratamiento, ya que el mismo se basa en el uso de drogas psicoestimulantes que "paradojalmente" reducen los niveles de actividad de los pacientes que lo padecen, y producen mejoras en la atención selectiva, la inhibición de comportamientos (impulsividad) y procesos cognitivos en general. El psicofármaco más utilizado para su tratamiento es el metilfenidato (Ritalina®) que actúa aumentando la disponibilidad sináptica de DA, mediante la inhibición de su recaptación por su transportador, DAT. Si bien su etiología es aún desconocida, se sabe que está asociada a una desregulación del circuito dopaminérgico. Diversos estudios, han relacionado genes particulares o regiones genómicas que pueden participar en la manifestación de este desorden. Otros, lo han asociado con factores ambientales, como por ejemplo, problemas durante el embarazo y el parto, así como también por exposición prenatal a sustancias tóxicas. Entre éstas, el alcohol es una sustancia teratógena que atraviesa la barrera placentaria y se pone en contacto con el feto en desarrollo. Existen características particulares que manifiestan los niños cuyas madres han consumido alcohol durante el embarazo, dentro de las cuáles, suele citarse al ADHD como uno de los principales patrones comportamentales asociados a la intoxicación prenatal etílica. Es de nuestro interés dilucidar si la exposición prenatal al alcohol reproduce características generales del ADHD, y si las mismas pueden revertirse mediante el uso de metilfenidato, tal como ocurre en su tratamiento. Nuestros resultados muestran que dosis moderadas de alcohol, durante la gestación tardía, son suficientes para producir hiperactividad y una alteración de los patrones de inhibición comportamental, similar a lo descripto en modelos para ADHD. Observamos además que, si bien la administración de MPH no produce el esperado efecto paradoja! en los sujetos con experiencia prenatal etílica, estos animales no aumentan su actividad locomotora con respecto a animales controles. A su vez, al evaluar a los animales bajo un esquema de aprendizaje no asociativo, observamos que la capacidad habituatoria no se ve afectada por el tratamiento moderado con etanol. Estos resultados nos dan las bases suficientes para plantear nuevos experimentos y así, profundizar la búsqueda de la asociación entre las patologías observadas en ambos desordenes.
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