El Catálogo Colectivo reúne los registros del material que posee cada una de las
bibliotecas de la Universidad Nacional de Córdoba, pudiendo encontrarse colecciones
especializadas y actualizadas en todas las áreas del conocimiento; lo que permite una
amplia visibilidad y garantiza el acceso al patrimonio documental de la Universidad.
Se encuentra disponible para toda la comunidad académica: estudiantes, docentes,
egresados e investigadores.
Si formas parte de la comunidad de la UNC también podés solicitar préstamos de material,
a cualquier biblioteca universitaria, utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario,
independientemente de la facultad a la que pertenezcas, la carrera que curses o la cátedra
que dictes.
Una de las numerosas acepciones de la voz tutor, quizá la más poética y al propio tiempo más realista, es rodrigón, vara que se clava al pie de una planta y sirve para sostenerla. Esa resulta exactamente, la mejor interpretación didáctica del tutor, en quien el más débil, el principiante, el catecúm...
Una de las numerosas acepciones de la voz tutor, quizá la más poética y al propio tiempo más realista, es rodrigón, vara que se clava al pie de una planta y sirve para sostenerla. Esa resulta exactamente, la mejor interpretación didáctica del tutor, en quien el más débil, el principiante, el catecúmeno, se apoya con confianza y obtiene sostén, reparo y protección. Pero hoy, asombrosas teorías que acreditan nuestra fenomenal ignorancia, soberbia y estulticia, niegan la utilidad y aún repudian la existencia misma del maestro, retirándolo de la ecuación maestro-discípulo, porque se reniega de cualquier enseñanza como de un acto autoritario. El ser humano es un animal apto para aprender algo de por sí y mucho de quien le enseñe. Lo importante es seguir el libro de María del Carmen, asombroso por su erudición y útilísimo por sus informaciones. Para que el tutor vuelva a ser una figura clave en todos los colegios. El tutor no es retórica. Es racionalidad, eficacia, coherencia. Quizá este libro esté llamado a que algunas conciencias descubran la pólvora y ensayemos lo que no debimos postergar. Del prólogo de Horacio Sanguinetti